¿Qué pasa cuando combinamos una red social con un medicamento, información a medias y el efecto de posverdad? Un boom que puede tener consecuencias de todo tipo.

Ozempic pertenece a un grupo de medicamentos utilizados para la Diabetes Tipo 2, los agonistas de receptor GLP1. Particularmente entre los endocrinólogos es un grupo de medicamentos que va a la alza, por su efectividad en el control de la enfermedad y la ayuda que brindan en el control de peso, el talón de Aquiles de muchos pacientes diabéticos.

Entre estos Ozempic ha destacado por la ayuda con la reducción de peso de los pacientes, pero los médicos insisten en que no es una cura mágica y tampoco su objetivo específico es la reducción del peso.

La FDA dio su aprobación al medicamento en 2017, pero es en el momento que Ozempic se viralizó en las redes sociales con más de 1.2 Billones de visualizaciones en redes sociales con el #ozempic, que se convirtió en una opción fuera del consultorio y en una fórmula mágica para bajar de peso. El número de personas usando esta opción para bajar de peso sin una guía médica es enorme y ha tenido efectos en el mercado, como un desabasto que para pacientes resistentes a la insulina o diabéticos es un problema serio, además de acelerar el incremento de precio en mercados con altas dificultades económicas como el Latinoamericano.

Nos queda la siguiente reflexión, las redes sociales tienen el poder de maximizar, la industria médica no está exenta de participar de ellas y las implicaciones que pueda tener a corto y mediano plazo tienen que ser de interés para todos.